Me marché de Asturias en el 2002 , a finales , coincidiendo con el último puente del año , ese que para muchos marca el principio de la temporada de ski , y para mi marcó el inicio de mi camino a la madurez …
¡cuantos palos ha de dar la vida para que la silueta de la madurez se recorte en la ontananza del destino!
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Fui muy radical marchándome de Asturias , para interpretar el papel protagonista en la obra , “Un asturiano en Mahón , un daño colateral de la globalización”
Fui honesto al asumir eso de que nunca se puede encontrar nada buscando en el sitio equivocado. El sitio , Asturias , lo buscado , trabajo.
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Después de un periodo de rápida adaptación a mi nueva fase educativa , la de la maduración , en la cual aprendí la esencia miserable que habita en la naturaleza humana , cambié de aula.
Aprendí que cuando más débil eres , tus semejantes más aprovechan de ti. El aula donde seguí mis estudios sobre el arte de vivir , se trasladó a Menorca.
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Llegué a Mahón en barco , en el ferry de la “transme” , hoy sería de la “acci” , ¡uf que mal suena! Desembarqué el primer sábado , del mes de Junio de 2003 , a las 08:30 Hacía 7 meses que había salido de Asturias y por el medio residí en Andorra , Cataluña , y Morrojable Fuerteventura , que resultó ser una fuerte aventura.
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Lo primero que me llamó la atención de Menorca fueron los precios , ¡todo era carísimo! Tenía en mente los precios de Asturias de 7 meses antes. Cuando regresé a Asturias por vez primera despues de saci 12 meses , no percibí la diferencia tan grande en precios ...
¡Menorca no estaba tan lejos de Asturias!
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El segundo acercamiento , desgraciado acercamiento , lo he percibido recientemente.
Los precios , al fin y al cabo, son libres. Vivimos en una sociedad capitalista , por desgracia , la ley de mercado fija los precios que son libres. Uno es libre de comprar o no comprar , y es su única manera de influir en el precio final. Supongo que algo mejor que el capitalismo existe , pero también supongo que no han dejado que se vea , no valla a ser que le guste a la gente...
Lo segundo que me marcó de Menorca , y esto a día de hoy no lo he superado , lo he toreado , pero no superado , es el mal servicio que hay en la hostelería.
Reconozco que me impactó.
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Yo no tengo costumbre de pedir agua cuando salgo a entrenar en bici. En Asturias , Paraiso Natural , una de las joyas del paraíso son las fuentes. Y no es solo por que sea verde y llueva. En Irlanda en 1800 km solo ví una , y en Escocia en 1800 km no ví ninguna , y también es verde y llueve. A mediados de los 80 en los 12 km de la vieja carretera entre Pravia y Cornellana había 5 …
Si me he equivocado y he puesto de más siguen …
¡siendo muchas!
No era la Patagonia Chilena , pero había un aire , y espero que ese aire siga corriendo.
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La primera vez que pedí agua en un bar , en Playas de Fornells , recuerdo que me mordí mi orgullo , ahogado en mi sed. Bebí y callé.
Pedí agua con la inocencia del que pide menos agua que la que puede meter en la tripa , y tuve que padecer un comentario del tipo ,
¡siempre estáis igual!
Me dio un vaso lleno del líquido elemento , y solo le falto añadir con la palabra , que no con el pensamiento ,
“¡toma! , y no vuelvas más!”
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No enumeraré la infinidad de situaciones que me llevaron a tomar la drástica decisión de tomarme las cervezas en casa. Así estuve hasta la actualidad , salvo excepciones …
Evidentemente.
Lo que no esperaba es que en esto , también se han acortado las distancias con Asturias.
Yo pensaba que aquí el servicio era muy superior a Menorca , eso pensaba. Pretérito Perfecto , acción que ocurrió en el pasado , y que dejó de ocurrir en el pasado.
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El pasado sábado fui a Oviedo a ver una exposición de fotografía. Estuvo bien sin más , educativa pero emocionalmente neutra. Había fotos que me producían la misma sensación que si mirase a las baldosas ..
Llamé a Joaquín , un amigo de la época en la que yo estaba en el parvulario de eso que anteriormente he denominado maduración , y nos fuimos a tomar una sidra , bueno yo , el agua …
¡Ya dijo un sabio monje budista , “no hay mayor defecto que ser esclavo e las virtudes!”
¡vaya panorama!
¡se me quitaron las ganas de tomar más sidras este año en Asturias! ,
¡con una fue suficiente!
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Entramos en una sidrería principal de Oviedo , de esas que están en esa calle que empieza a bajar cerca de la Catedral , caminando en dirección a Las Salesas. Una que esta bajando a la derecha , haciendo esquina. No es que ni quiera escribir el nombre , ni tenga ganas de teclear. Ni lo uno ni lo otro …
Simplemente lo sé.
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Entramos charlando , y el recibimiento fue un abordaje comunicativo. El camarero no espero un silencio en nuestra comunicación , ni siquiera una mirada cómplice , y por supuesto no dijo un “buenas tardes” Nos abordó , nos cortó , con un seco , tajante e imperativo ¿Qué van a tomar?
Ni a Joaquín ni a mí nos sentó bien. Pero esto , como un preludio en un “in crescendo” de una buena sinfonía , solo fue el comienzo.
Nos sirvió con cara de pocos amigos y lo que es peor , de estar ya muy satisfecho con los que se tienen
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A los pocos minutos volvió , y siguiendo fiel a sus habilidades comunicativas , cogió el vaso y la botella y escanció un “culín” , nada le importaba si me apetecía beber o no …
¡ni lo sabía , ni lo preguntó! , cogió botella , vaso , y escanció.
Joaquín y yo volvimos a comentar sobre el particular.
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Pasados otros minutos volvió y repitió. Cuando me ofreció el “culín” con la sidra recién escanciada le dijé que no , a lo que el insistió con cara de sorpresa. Parecía que yo no tenía derecho a decidir , cuando bebo y cuando no. Por un momento tuve la sensación de estar en casa de algún “colega” que te invita y de paso insiste , a veces con acierto , otras con pesadez , ¿estaré siendo invitado por la sidrería? , pensé.
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Dejé el vaso en la barra , que no la barra principal , unos minutos , solo para que el camarero al verlo lleno no diera la murga , a pesar de saber que su contenido perdería sabor.
Después de poner en práctica esta técnica de supervivencia hostelera , el preludio la “sinfonía” discurrió sin más sobresaltos , hasta el momento en que descubrí que no estaba invitado , tenía que pagar.
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Después de esta situación me surgen varias peguntas. ¿Fue incompetencia del camarero , o política de empresa , el intentar meterle la sidra al cliente con “calzador”? Si es lo primero malo , pero si es lo segundo , peor.
Esta política puede dar con dos tipos de clientes el que sabe decir que no , y el que no sabe. Con el primero se pierde el cliente , y la segunda botella de sidra. Con el segundo posiblemente se pierde la segunda botella , pero el cliente seguro , por que lo pasa peor incluso que nosotros que supimos y dijimos que no. Lo se por experiencia …
En mi camino a la madurez he aprendido a decir que no.